Después de tantos años sin democracia, y varias décadas sin comer langostas o camarones, los cubanos ven la esperanza en un candidato presidencial que hace campaña con una sola promesa:
¡Enrisco es marisco!
Después de tantos años sin democracia, y varias décadas sin comer langostas o camarones, los cubanos ven la esperanza en un candidato presidencial que hace campaña con una sola promesa:
¡Enrisco es marisco!